En palabras simples, toda la información técnica anterior implica los siguientes puntos: Al leer, se trabaja con 3 niveles de representación mental: a) el código de superficie, b) el texto base, y c) el modelo de situación.
1.- El código de superficie es el texto mismo. El lector analiza sintácticamente la estructura de las oraciones y el vocabulario. Este nivel según Parodi (2005: 22), “mantiene los términos y la sintaxis de la cláusula en forma exacta. Es el nivel más lingüístico”. Es en este nivel donde muchos profesores se quedan cuando dicen estar realizando comprensión lectora. Las preguntas son de carácter textual o las respuestas son sacadas literalmente desde el texto.
Una característica del código de superficie es que una vez formada la estructura semántica (el texto base, por ejemplo), la estructura sintáctica deja de ser relevante y, por ende, puede olvidarse.
2.- El texto base es el segundo nivel de representación mental de un texto. Es un grupo ordenado de ‘proposiciones’ que representan el significado que subyace al texto (estructura semántica). Se podría decir que es como el resumen que una persona hace del texto.
Esta estructura semántica se encuentra en dos niveles: la ‘microestructura’ (de las proposiciones individuales y sus relaciones; a nivel local), y la ‘macroestructura’ (caracteriza al discurso como un todo, a nivel global).
La macroestructura se realiza usando macro-estrategias (que reducen y organizan la información detallada), para llegar a un punto más global que describe los mismos hechos.
Se utilizan las macroestrategias de: a) supresión, b) generalización y c) construcción.
Para realizar este procesamiento, el lector debe encontrar ‘solapamiento o repetición de argumentos’ (para conectar proposiciones). Si hay repetición, se resume la información. Sin embargo, si hay vacíos, se inician procesos de inferencias.
Además de lo anterior, el texto base es frecuentemente esquemático, o sea, basado en formas retóricas. Esto quiere decir que el texto tiene una tipología, a la cual llamamos ‘superestructura’ (un texto narrativo, por ejemplo, siempre tiene una introducción, un cuerpo y un desenlace).
3.- El tercer nivel de representación es el Modelo de situación, que es una representación de conocimiento separada del texto base. Podríamos asemejarlo con la ‘foto’ o imagen que el lector se forma del texto que está leyendo; aunque no siempre un modelo de situación tiene esta característica visual. Hay textos más complejos en los que no se puede realizar una imagen de él.
El Modelo de situación se realiza, además, integrando información textual con conocimiento previo del lector. Por esto, es necesario que los profesores provean esta base ‘cultural’ a los estudiantes sobre el texto que leerán, de manera que puedan acceder a ese modelo de situación.
Por esta misma razón, la lectura de un texto es distinta y personal para cada individuo. Las experiencias o conocimiento previo sobre los conceptos o situaciones en la lectura son distintas en cada uno de nosotros. No es lo mismo leer un texto expositivo sobre las ballenas si uno nunca ha visto una en vivo y en directo, que si ha tenido el privilegio de ver una de cerca.
Si este modelo de situación no se integra con conocimiento previo, se obtiene lo que Kintsch llama ‘conocimiento encapsulado’; es decir, “es bastante posible que los lectores puedan construir textos base adecuados, pero fallen en ligarlos a otras porciones relevantes de su conocimiento previo”. Si esto es así, no se puede ‘aprender de los textos’.
Lo anterior implica que “un lector cuyos procesos de comprensión resulten en un mero texto base serán capaces de recordar y reconocer este texto base por un tiempo, pero su pensamiento, su resolución de problemas y su comprensión futuros no se verán afectados en lo absoluto” (Kintsch, 2002: 3).
El modelo de situación, además, puede ser completado por procesos inferenciales gracias al conocimiento previo. A mayor conocimiento previo, mejor será la ‘imagen’ que el lector se hará sobre lo que está leyendo.
El modelo de situación, sin embargo, podría quedar incompleto, o estar errado, y se crea de diferentes maneras. Incluso, puede incluir ‘textos base’ anteriores. Esto es lo que ocurre cuando leemos algo de lo cual ya hemos leído anteriormente y/o que conocemos muy bien. Solo traemos a nuestra mente el ‘texto base’ del otro texto, y esto hace que nuestra lectura sea más fácil y más rápida.
4.- Es importante destacar en este punto que el texto base y el modelo de situación NO DEBEN ENTENDERSE COMO ENTIDADES SEPARADAS, sino que partes de la misma representación; suceden AL MISMO TIEMPO. La figura siguiente clarifica este punto:
Como se aprecia en el esquema, no es que el modelo de situación sea otro paso adelante y separado del texto base, sino que son parte del mismo fenómeno de comprensión, el cual se hace de manera automática. No obstante, muchos de nuestros estudiantes no pueden representarse un modelo en la mente y solo se quedan con el texto base, y en el peor de los casos, solo con el código de superficie. ¿No les ha pasado que cuando han hecho una pregunta sobre un texto les responden con el texto literal?
En resumen, cuando alguien lee un texto, primero procesa las palabras y oraciones (el texto mismo = código de superficie), de las cuales extrae ideas más resumidas, o más grandes (a nivel local = microestructura; y luego a nivel global = macroestructura) que le dan una especie de resumen del texto en cuestión. Además – y al mismo tiempo que estos procesos – el lector se va formando un modelo de situación; se crea una imagen mental de lo que lee. Como este proceso es complejo, instantáneo y personal, se necesitan ‘estrategias‘ para que ocurra. Pero a la vez, para complementar la información que pueda faltar, se necesita que el lector aporte a la lectura su conocimiento previo sobre el tema que se está leyendo, y que rellene los vacíos que el autor ha dejado a través de procesos inferenciales. Por último, este texto es un representante de alguna tipología textual (narración, argumentación, exposición, etc.) o esquema retórico dado (o superestructura), que también ayuda al procesamiento comprensivo.
Si el lector no puede representarse el texto en alguno de estos tres niveles, entonces su lectura no lo llevará a comprender tan profundamente. Quizá podrá reconocer literalmente la información, o tal vez pueda reconocer algunas ideas de él, pero no será capaz de ‘aprender de ese texto’, o no será capaz de llevar a cabo tareas más complejas de comprensión.
La idea, entonces es trabajar la comprensión de los tres niveles representacionales, de manera estratégica y aprendiendo de los textos.